Me vi navegando en un bote, sin viento alrededor.
La esperanza es lo que mantenía mi firmeza, no quería dejar de ser.
Todas las noches soñaba con mi Driada, ella, irradiaba la luz y el calor que necesitaba para soportar la situación.
Cierta vez me distraje al ver el cielo, una de las millones de estrellas parpadeaba mas que las otras. Empeze a preguntarle cosas, quede fascinado, y mi dríada dejo de aparecer.
Sentí temor, angustia y pena.
La llame todas las veces posibles, ya no tenía luz, ni calor...
Lentamente comenze a dormirme.
