Apareció destilando el corazón, y fue bastante el tiempo que paso desde aquella vez que pude observar con tanta fascinación su verdadero arte.
Había procurado ocultarse, rodearse, perpetuarse en pequeños lugares que le permitían sobrellevar de forma alienada la desolación. Aun estaba trunca, intentando, exitosamente desplegar sus alas, con la precaución obligada, aprendida en anteriores estados.Pudo.
Y al reanimar de esta complejidad dejo entrever un ligero mensaje. Fugaz. Ella. Estaba dispuesta a retomar una vez mas el camino que sin excusa abandono anteriormente.
Yo también inferí un cambio, mis ojos: que tanto extrañaron sus mensajes, mis oídos: que reclamaban excesivamente sus melodías, el alma congelada: que repatriaba su necesidad mas urgente, su piel, símbolo de paz, amor y seguridad. Se estacionaron expectantes en el carril equivocado. Nada arranco, el mundo suspiro, me desvanecí, cayo el sol y nada paso. Morí. Hoy en su recuerdo.
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